3 de septiembre de 2009

Antes de...

Me equivoco.
Miento.
Intento volver.
Amo.
Y te vas.



2 de septiembre de 2009

Noches

Hoy leí esto:

- ¿Hace Ud. algún tipo de ejercicio?-preguntó el doctor.

Ella recordó la noche anterior.

De inmediato, como si fuese inevitable, sintió dentro de ese frío consultorio el peso del cuerpo de Martín sobre el suyo, su boca buscando a la suya, su lengua lamiendo sus palabras. Te deseo. Yo también. No me dejes nunca. Tócame. Creo que te quiero. Cerró los ojos. Sin quererlo, se mordió despacito el labio inferior. Sintió otra vez esas manos indecisas y hábiles jugando debajo de su camiseta, separando sus piernas, apretándola contra él como si fuera a perderla en cualquier momento.

Estaba a punto de decirle que ella también lo amaba, cuando la voz del doctor la devolvió a esa mañana fría.

- ¿El sexo se considera ejercicio? -preguntó Sofía y trató de esconder una sonrisa que le fue inevitable ocultar, a pesar de su timidez.

Cuando salió del consultorio releyó las indicaciones del médico. “Acostarse todos los días antes de la medianoche. Dormir ocho horas”. Ya en la oficina, escribió un correo electrónico que decía lo siguiente:

Pienso en ti. Las noches largas se terminaron, me tengo que acostar todos los días antes de las 12. Si quieres volver a hacerme el amor de lunes a jueves vas a tener que estar en mi cama o yo en la tuya a las 11.15 pm., como máximo. Los fines de semana lo podemos hacer más de una vez durante el día también, si tienes ganas.

La respuesta no tardó en aparecer en su bandeja de entrada: Entonces, tendré que comenzar a desnudarte más temprano.

Escrito por: A. B.

Interesante.